La Ruta de la Vía de la Plata en moto: viaje al corazón de la España más secreta a través de Paradores
04 de Agosto 2014

Y  es que la historia en esta bimilenaria ruta se respira por todos sus poros: si bien ya en tiempos prehistóricos era una ruta frecuentada por comerciantes y cazadores, el origen de su trazado es romano, y su nombre se lo debemos a los árabes que denominaron Balath o BaLaTa (camino pavimentado) a la vía que encontraron cuando llegaron a la península, origen del nombre "Plata". A partir de entonces, con este nombre se empezó a conocer a este determinante eje de comunicación, recorrido por todas las culturas y pueblos que se han sucedido en la Península Ibérica. Todos estos viajeros que nos precedieron contribuyeron a moldear un itinerario que siglos después sigue fascinando a quien, devorando kilómetros, descubre a partir de las huellas del pasado un sugerente recorrido convertido hoy en uno de los grandes itinerarios españoles y europeos. 

Son seis los Paradores que se encuentran en los municipios miembros de la red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata: los situados en las ciudades de Carmona, Plasencia, Zamora, Benavente, León y Gijón, con magníficos edificios que por sí solos ya merecen una visita y que además de ofrecer un relajado descanso a los viajeros, permiten marcar las etapas de este bello recorrido. Con la Moto Vía Card, el viajero obtendrá un descuento en el alojamiento.

Una fantástica ruta llena de contrastes que cubre un territorio de 800 km de longitud y atraviesa cuatro comunidades autónomas. Desde el sur, Sevilla ya anuncia ese contraste que será la seña de identidad de esta mítica ruta y que comienza con el insuperable colorido de esta capital andaluza. Pero antes merece la pena recorrer, siguiendo la antigua vía Augusta, los pocos kilómetros que la separan de Carmona, que con su imponente Alcázar, en el que se alberga el Parador, domina una fértil vega y una preciosa localidad de calles estrechas y casas encaladas.

Parador de Carmona

Reserva Parador de Carmona

El viajero podrá deleitarse, kilómetro a kilómetro, con la transformación de un paisaje que sucesivamente le llevará desde el valle del Guadalquivir, a las dehesas extremeñas de suave relieve por las que reinan los famosos cerdos ibéricos origen de exquisitos productos para deleite de los paladares más exigentes. Pequeñas localidades como Montemolín y su fortaleza árabe, Fuente de Cantos, patria chica de Zurbarán o Calzadilla de los Barros, poseedora de un magnífico retablo, marcan el paso de la provincia de Badajoz.

Parador de Cáceres

Reserva en el Parador de Cáceres

En la provincia de Cáceres, la ruta tiene como hitos a Casar de Cáceres, con su excelente queso del mismo nombre, Carcaboso y sus miliarios, Baños de Montemayor y su balneario de origen romano o Hervás con su bella judería, que se unen a Plasencia y a su magnífico casco histórico en el que se encuentra su estupendo Parador, combinando el importante patrimonio cultural con espectaculares espacios naturales en los que sinuosas carreteras ofrecen una experiencia inolvidable a quienes las recorren a caballo de las dos ruedas.

Parador de Plasencia

Reserva en el Parador de Plasencia

En Castilla y León tras atravesar la Sierra de Béjar, en esta localidad salmantina de reciente pasado industrial, el viajero podrá contemplar una de las plazas de toros más viejas de España. Tras abandonar el paisaje de dehesa, tomará contacto con las grandes llanuras castellanas en las que el asfalto solitario se topará con el románico de Zamora y Benavente y sus dos bonitos Paradores.

Parador de Zamora

Reserva en el Parador de Zamora

 

La tradición bodeguera de La Bañeza y su curiosa prueba motera que utiliza su casco urbano como circuito de velocidad, la imponente presencia de la catedral de la ciudad de León fundada por los romanos o la reserva de la Biosfera del Alto Bernesga en La Pola de Gordón son otros hitos ineludibles en el viaje por la ruta.

 Parador de Benavente 

Reserva en el Parador de Benavente

 

Y ya en Asturias, se anuncia el mar Cantábrico tras atravesar una cordillera del mismo nombre con espectaculares cumbres entre los municipios de Lena y Aller, en las que destacan sus estaciones de esquí o la iglesia prerrománica de santa Cristina de Lena (Patrimonio de la Humanidad). Las montañas paulatinamente se van transformando en suaves colinas a ambos lados del asfalto, de un intensísimo verde salpicadas de pequeñas aldeas, en las que los antiguos usos aún perduran como en Ribera de Arriba y sus hórreos de Bueño, junto a zonas en las que está todavía presente una actividad industrial heredera del desarrollo de las minas de carbón que comenzaron a explotarse en el siglo XIX. En estas localidades de la ruta destacan también el Angliru como cumbre mítica entre los ciclistas en Riosa, el excelente queso Afuega'l Pitu de Morcín o el bonito valle del Cuna y Cenera de Mieres. La carretera continúa su curso imparable hacia el centro de la región donde se encuentra Llanera, importante cabecera de la Asturias romana, en un trazado en el que se adivina la llegada a Gijón, antiguo puerto que ha sabido reinventarse en torno a su bahía para convertirse en una ciudad moderna y acogedora, en cuyo parador el viajero encontrará el merecido descanso.

Parador de Gijón

Reserva en el Parador de Gijón