Por quinto año consecutivo, el Parador de El Saler ha sido testigo del nacimiento de las crías de tortuga boba. Este año han sido 26 las que han nacido de los 68 huevos que se trasladaron desde una playa de Cullera, donde los localizó un pescador de la localidad. La mayoría de las tortugas han sido devueltas a la zona en la que su madre desovó a finales de julio, donde se espera que su instinto le haga volver para reunirse con sus crías. Una pequeña parte van a permanecer un año en cautividad en el Oceanogràfic de Valencia. Cuando crezcan, técnicos de la Universitat Politècnica de València las marcarán con un dispositivo satélite para poder hacer un seguimiento cuando vuelvan al mar.
Un grupo de 70 voluntarios y ocho miembros de la ONG Xaloc han pasado 16 días custodiando el nido en una zona de playa protegida que se encuentra junto al campo de golf del Parador de El Saler. Forma parte de la reserva integral del Parque Natural de l'Albufera a la que no está permitido acceder. Los huevos han estado vigilados durante las 24 horas para evitar que la actividad humana o animales depredadores como las gaviotas pusieran en peligro su supervivencia.
Una tortuga boba nace junto al Parador de El Saler.
El Parador ha acogido a los voluntarios para pudieran comer y asearse en sus instalaciones. Además, les ha ofrecido servicio de seguridad, conexión wifi, aparcamiento y primeros auxilios para que su estancia mientras protegían los huevos de tortuga fuera lo más cómoda posible.
