Historia antigua y naturaleza en Tortosa
21 de Abril 2016

Ubicado en la desembocadura del río Ebro y cerca de las estribaciones del puerto de Tortosa y la montaña de Beseit, la ciudad medieval de Tortosa es uno de los destinos secretos que tienes que descubrir. Entre ellos, el Castillo de la Zuda, hoy Parador de Turismo, un antiguo edificio del siglo X que ha sabido conservar el encanto de sus orígenes. 

Parador de Tortosa Hotel en Tarragona

Cruzados y un asedio legendario

Fundada en tiempos inmemoriales, Tortosa se desarrolló como un puesto avanzado de Roma, para continuar con una gran expansión bajo el dominio musulmán. Alcanzó su máximo esplendor en la Edad Media, cuando la ciudad fue conquistada por el Conde de Barcelona como parte de la Segunda Cruzada. La ciudad fue escenario de uno de los más conocidos asedios de la historia, con cruzados llegados desde todos los puntos del continente europeo llegados hasta Tortosa con el fin de conseguir su rendición en el transcurso de un brutal asedio en 1148.

Historia de un castillo

El hoy Parador de Tortosa conserva aún partes de la edificación del siglo X con las murallas, parte del basamento y el pozo, construídos en la época de Abderramán III. De grandes dimensiones, ofrece unas vistas únicas de toda la zona, especialmente de los edificios más destacados de la ciudad, como la Catedral.

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Catedral de Tortosa Vista desde el Parador 

Con la iluminación nocturna crea un ambiente único que te lleva de viaje a épocas lejanas. Imprescindible también es la visita a los antiguos colegios de San Jaime y San Matías, hoy sede del archivo histórico de la ciudad.

Colegio de San Jaime y San Matías Tortosa

Imprescindible en tu viaje es probar la gastronomía de Tortosa, en el restaurante del Parador encontrarás una variada selección con los productos locales más deliciosos, entre los que destacan las carnes y los dulces típicos como los pastissets.

restaurante Parador de Tortosa

Las maravillas de Tortosa se extienden más allá de su frontera natural gracias a la naturaleza que lo rodea. En tu viaje a esta ciudad de Tarragona, no dejes de visitar la Reserva Natural del Ebro, un enclave de 300 kilómetros de superficie a lo largo de este importante río de la península. Con más de 500 especies de flora, como el arroz, esta reserva acoge incontables ejemplos de fauna local como jabalíes, tejones y aves.