El Parador de Guadalupe combina historia, relax y buena gastronomía a escasos metros del Real Monasterio de Guadalupe, catalogado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Una de las zonas más especiales es su precioso patio interior, lleno de limoneros y naranjos. También dispone de una piscina con vistas al Real Monasterio de Guadalupe, un jardín con plantas autóctonas, la zona de estanques y olivos y un salón con chimenea, que es el lugar perfecto para descansar y relajarte en invierno. La mayoría de las habitaciones tienen vistas a las Villuercas y al Monasterio.
El edificio que hoy ocupa el Parador data del SXVI y se edificó al amparo del Real Monasterio de Guadalupe como Colegio de Gramática e Infantes. En lo que hoy es el aparcamiento se encontraba en su día el Hospital de Hombres de la localidad para atender a los peregrinos que iban a visitar a la Virgen de Guadalupe.
Guadalupe es un pueblo encantador de la comarca cacereña de Las Villuercas, con callejuelas empedradas y casas de arquitectura tradicional. Esta pequeña localidad alberga un conjunto histórico artístico de gran valor de los siglos XV y XVI, conservado con su estructura original. Puedes empezar la visita en la plaza de Santa María, donde se encuentra el Parador, y la antigua judería. Si tienes tiempo, merece la pena que visites localidades serranas del entorno como Cañamero, Logrosán o Berzocana.
Comentarios
En lineas generales muy recomendable, situacion, edificio histórico, atención prestada, con detalles hacia nosotros. Solo reseñar negativamemte la atención prestada en la cafetería por dos empleadas hacia nosotros, además de observar detalles como beber y comer delante de los clientes, falta de profesionalidad en su trabajo. Todo lo contrario que en la recepción y en el restaurante, un 10 en su atención.
Exquisito trato. Cocina maravillosa
Realmente bello.
Acogedor, cálido y relajante Parador donde las estancias son maravillosas gracias a su magnífico personal. El ambiente de paz y tranquilidad que se respira nada mas entrar por la puerta y la amabilidad con la que te recibe todo el equipo hacen del querido Parador de Guadalupe un lugar único.
Precioso Parador en el que te sientes como san Virila. Pierdes la noción del tiempo gracias al ambiente de paz y tranquilidad que se respira. La gran labor que esta llevando a cabo su magnifico director se nota día a día. Cuida todos los detalles y esta consiguiendo crear un ambiente único. El personal es muy amable y entre todos consiguen que las estancias sean maravillosas.
Una estancia inolvidable.
Altamente recomendable
Magníficas vistas al Monasterio de Guadalupe, patios y jardines que te invitan al descanso, gastronomía muy buena, y sobre todo, su personal muy amable.
Para nosotros, un Parador con mucho encanto.Os invito a conocerlo. No os defraudará.Mucha profesionalidad en un ambiente muy especial.
Todo estupendo: gastronomía en el patio, vistas, habitación, Parador histórico precioso, la tranquilidad en la piscina ... Personal profesional y amable. Un lugar al que volver.
emotivo
Páginas