Domingo
Toledo se constituye como una etapa esencial en la vida de Santa Teresa, pues será aquí, donde comenzará a plasmar por escrito sus pensamientos, cuitas e intenciones, dando origen a su amplia y rica obra literaria.
Al mismo tiempo, es en Toledo donde gracias a su buen hacer, logra ganarse una excelente reputación, lo cual le será muy útil posteriormente en su tarea de fundación y difusión su mensaje.
En una primera instancia, el convento de las Carmelitas, se ubicaba en una casa en la calle San Juan de Dios, en plena judería Toledana. Un año después, se traslada a su actual ubicación en la Plaza de Santa Teresa de Jesús, la cual se encuentra muy próxima a la puerta del Cambrón. Este convento pasó a ser la quinta de descanso de Santa Teresa, lo cual provocó que la santa pasara largos periodos en Toledo.
En 1577, Santa Teresa vuelve a Toledo y se recluye en su convento. Aquí retomará la escritura y cerrará el círculo literario de Santa Teresa y la Ciudad de Toledo.