El Parador de Turismo de Almagro, en el marco del programa Almagro 360 º que pretende completar la programación artística del 46º Festival Internacional de Teatro Clásico de la localidad castellano-manchega con diferentes experiencias relacionadas con la gastronomía, la arquitectura, el patrimonio, la naturaleza y la artesanía de Castilla-La Mancha relacionada con el Siglo de Oro, ha puesto a disposición de los clientes un menú especial inspirado en la época, basado en el recetario carmelitano así como en distintos episodios de la vida de Santa Teresa de Jesús y sus preferencias gastronómicas.
Se rinde homenaje así a la considerada oficiosamente patrona del colectivo de cocineros y gastrónomos. De hecho, el día de su fallecimiento, el 15 de octubre, fue elegido en el año 1972 para celebrar el Día Nacional de la Gastronomía en España. Y esa fue la fecha propuesta también por la Cofradía de la Buena Mesa, precursora de la actual Real Academia de Gastronomía, para la entrega de los Premios Nacionales de Gastronomía.
Bajo el epígrafe Menú especial de Santa Teresa “Entre ollas y fogones también anda Dios” los comensales pueden degustar bocados gastronómicos como la ensalada de perdiz, con judías blancas, que evoca cuando estando la santa en Manzanares, la invitaron a cenar con las monjas que la acompañaban. Esa noche les ofrecieron perdices. Ella que era humilde, pero de buena familia, sabía apreciar la buena mesa y disfrutaba de ella. Las monjas que la acompañaban, que como ella habían hecho voto de pobreza, se vieron azoradas al ver las perdices puesto que lo consideraban “un lujo”. La Santa les quitó los remilgos con la siguiente frase que quedaría para la posteridad: “Cuando penitencia, penitencia, y cuando perdiz, perdiz”.
Los entrantes se completan con gazpacho de tomate con picatostes -para una mujer con nulas pasiones terrenales uno de los mayores gustos que recogió en alguna de sus cartas era tomarse una rebanada de pan frito y el gazpacho figura en los recetarios de la Orden de las Carmelitas Descalzas fundada por Santa Teresa, así como buñuelo de berenjena con miel y sardina albardada de espinacas, platos tradicionales de la cocina de la institución religiosa recogidos en el tratado de gastronomía carmelitana de Gabino de la Virgen del Carmen y Mariano de Santa Teresa.
Como plato principal se puede elegir entre un bacalao carmelitano, ya que dado que se recuperó la regla de no comer carne una de las recetas estrella de la orden era este pescado que llegaba a los conventos conservado en salazón, o un picantón asado al azafrán con torrija de sopa boba. Si bien no comían carne, son numerosos los escritos donde la santa recomienda su consumo en casos de debilidad, enfermedad o incluso moral baja. De hecho, sobre una monja que tenía tendencia a la melancolía escribió: “De la San Jerónimo será menester hacerla comer carne algunos días…”. También estaba permitido comerla cuando estaban de viaje porque entendían que el seguir esta norma podría poner en dificultades su alimentación “con lo que -apunta la directora del Parador, Lilian Ferral, entendemos que los comensales que vengan al Parador podrán acogerse a esa excepción”. Como complemento, el ave se acompaña con unas originales torrijas de sopa boba, uno de los platos de cuchara que más se servían en los hospicios por aquella época y que aparece en el Quijote.
El menú, disponible inicialmente durante todo este ciclo escénico que culmina el 23 de julio, se remata con un arroz con leche y coco. Los carmelitanos recomendaban terminar la comida con un dulce casero. El arroz era una de las bases de su dieta y el arroz con leche uno de sus postres estrella. En este caso se ha añadido el coco como un guiño a la santa ya que tenía especial debilidad por esta fruta exótica que llegaba de las Indias.
El precio del cubierto es de 40 euros por persona e incluye vino blanco o tinto de La Mancha, agua filtrada sostenible, cerveza o refrescos y café o infusión. Las reservas se pueden realizar en [email protected] o en el teléfono 926 86 01 00.
