El Escorial burgalés, que deslumbró a reyes, escritores y a un emperador. Un refugio palaciego que te sorprenderá por su maravillosa colección artística.

Construido sobre un antiguo castillo medieval, el Parador de Lerma, declarado Bien de Interés Cultural, es un palacio del siglo XVII con mucha historia que contar (y hasta 210 balcones a los que asomarse). Fue levantado por el duque de Lerma, valido de Felipe III y uno de los hombres más poderosos de la época. Tanto, que con su influencia logró sumarle hasta cuatro torres al palacio a pesar de que este tipo de edificios sólo podían levantar dos un máximo de dos atalayas si no pertenecían a reyes.

 Tal fue el esplendor de este palacio que suscitaba las envidias de la corte. Y de ahí que muchos miembros de la realeza e ilustres de la época eligieran el lugar para grandes acontecimientos. Allí contrajo matrimonio Luis de Borbón, hijo de Felipe V, con Luisa Isabel de Orleans. Allí también nació una reina, la infanta Margarita. Allí se estrenaron, en su patio central, algunas obras de Lope de Vega. Y allí, como lugar estratégico en el centro del territorio español, en 1809, se estableció Napoleón, instalando su oficina y sus aposentos. ¿Te lo imaginas?

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Un renovado viaje por el arte

Hoy puedes rememorar todos y cada uno de estos episodios y dormir bajo el mismo techo que el líder francés en este alojamiento que además de historia, es todo un ejemplo del rico patrimonio artístico de Paradores. Algo en lo que ha tenido mucho que ver la colección que llegó a poseer el Duque de Lerma. Una extensa muestra, que se inició con una herencia de 27 lienzos y acabó llegando a las 2.740 pinturas, equiparándose con la colección del propio rey, con obras de El Greco, El Bosco, Fra Angelico, Antonio Moro, Bartolomé y Vicente Carducho, Rubens, Pantoja de la Cruz y Tiziano, así como copias de Rafael y Jan van Eyck. Algunas de ellas, custodiadas actualmente por el Museo del Prado, como el Retrato ecuestre del duque de Lerma, La Anunciación de Fra Angelico o Salomé de Tiziano.

Hoy, el legado artístico del Parador sigue siendo sumamente significativo, como lo era en tiempos de su ilustre duque morador. Y si hay una palabra que defina la colección artística de Lerma es su heterogeneidad. La muestra conjuga tradición y modernidad en un perfecto equilibrio artístico en el que las piezas contemporáneas reinterpretan, con la mirada actual, obras maestras de la historia del arte. A la vez que la propuesta de arte clásico con su variedad de formatos (tallas, retratos, tapices…) contribuye a reforzar el carácter histórico de este edificio que ha sido testigo de importantes acontecimientos a lo largo de sus siglos de vida.

¿Te apetece descubrir algunas de sus piezas? Hagamos un repaso:

Queremos empezar el recorrido por la gran talla de la Virgen Coronada, una obra anónima del siglo XIV, considerada una de las más valiosas de Paradores por su tamaño y antigüedad que combina con maestría el hieratismo del atuendo, característico del momento, con la naturalidad de su sonrisa. Por supuesto, lo mejor es verla en vivo y en directo.

Otra de las joyas clásicas de este Parador que no podemos pasar por alto, es un tapiz de gran formato, también flamenco, sobre uno de los episodios de la vida de Alejandro Magno. Realizado en lana, seda e hilo de plata por el tejedor Frans Van den Hecke, en el siglo XVII, siguiendo el modelo del pintor y teórico del arte francés Charles Le Brun, la escena representa la batalla del Hidaspes librada por el célebre rey macedonio en la que venció al rey Poros, herido en la escena y sujetado por varios hombres, que le conducen ante Alejandro, montado a cabello a la derecha. Sin duda, una maravilla que no puedes perderte.

Ambas piezas, y otras como un Retrato de Hombre de Van Dyck o una copia de Salomé de Tiziano, ofrecen la mejor perspectiva para después contemplar la obra contemporánea que exhiben estos muros burgaleses. Sí, sí, también obra contemporánea. Que está representada por tres artistas nacionales que recurren a diferentes lenguajes (abstracción y figuración) y técnicas (pintura/fotografía) para ahondar en el pasado artístico.

El primero de ellos es Lino Lago que resuelve en un óleo y pan de oro sobre lienzo el diálogo entre la pintura figurativa clásica, representado en el Retrato Ecuestre del Duque de Lerma de Rubens (que se exhibe en el Prado), y la abstracción contemporánea, en clave de humor e ironía. El resultado, es esta singular y novedosa obra perteneciente a la serie Fake Abstract, que encontrarás en el Parador.

José Manuel Ballester es otro de los exponentes del arte contemporáneo de Lerma. En su Lugar para una Anunciación, una impresión digital sobre lienzo realizada en 2007 se elimina de la escena a los personajes de La Anunciación de Fra Angelico (1435), que también atesora el Prado, y cede todo el protagonismo a los espacios, con el fin de perder la referencia temporal y hacer trabajar a la imaginación para completar la obra.

No queremos desvelarte mucho para que puedas descubrirlo in situ pero hay mucho más. Como las dos obras de Rubén Rodrigo, Estudio para una crucifixión después de El Greco I y II, que interpretan con una mirada abstracta, en óleo sobre lienzo, el momento de la expiración de Cristo en la cruz que tan magistralmente retrató el célebre pintor cretense (uno de los artistas que, por cierto, formó parte de la colección del Duque de Lerma).

De ruta por la zona

¿No te parece apasionante? Y eso que sólo hemos hablado del interior del Parador. Porque el entorno también es digno de mención. Sin salir de Lerma, encontrarás una importante red de conventos y monasterios en los que también tuvo mucho que ver el Duque, como la Colegiata de San Pedro (con visita guiada), el Convento de San Blas-Dominicas, donde venden cerámica; el de la Ascensión, donde se pueden adquirir dulces; o la Plaza de Santa Clara. Y, saliendo de la localidad, a poco más de 30 kilómetros puedes visitar Santo Domingo de Silos y Quintanilla de las Rubias. Lugares a los que puedes ir en bicicleta, ya que Lerma es uno de los Paradores adaptados a cicloturismo. Cuenta con taller de reparación, zona de lavado y rutas personalizadas y mucho más para que puedas seguir disfrutando de la bicicleta en tus destinos favoritos.

De la vendimia a la berrea

Hemos hablado de historia y de arte. Y hasta de ciclismo. Pero el Parador de Lerma y sus alrededores pueden ofrecerte mucho más. A sólo media hora puedes visitar Aranda de Duero y disfrutar de una de las mejores D.O., la de Ribera del Duero, en la VI edición de la Fiesta de la vendimia. Tendrá lugar entre el 22 y 23 de septiembre y podrás escuchar música en directo (concierto de rock y actuación de Alba Reche), participar en actividades familiares, ser testigo de emocionantes homenajes, como la entrega del premio a Ribereña del Año 2023 a la actriz Lola Herrera, y, por supuesto, degustar un buen vino.

¿Echas en falta algo de naturaleza? El espectáculo de la berrea que puedes presenciar en la Sierra de Neila, a poco más de una hora del Parador, servirá para vivir una experiencia inolvidable en un marco incomparable. Eso sí, ¡no olvides llevar los prismáticos!

Buen provecho

Con tanta actividad es posible que se te haya abierto el apetito, así que volvemos al Parador para concluir este recorrido, y nos sentamos a la mesa de su Restaurante Mayorazgo para hincarle el diente a un buen asado, al cordero lechal y a la morcilla de Burgos.  La mejor cocina castellana, que se complementa con el espacio gastronómico de La Bodeguita de Enmedio, más informal pero sin apearse de la excelencia.

Tu próximo viaje a Lerma va a ser inolvidable…