6 parajes singulares para disfrutar en verano
11 de Agosto 2023
Texto
Carles Llusà Batllori

¿Imagina un baño en un singular paraje único y sin aglomeraciones? España cuenta con numerosos rincones en los que disfrutar del agua salada y dulce cristalina de pozas, ríos, piscinas naturales y calas. Proponemos seis destinos refrescantes para conectar con la naturaleza.

1.    Las Charcas Verdes (Cáceres)

Descubre un oasis de belleza y frescura en el Valle de Ambroz. Estas tres pozas de agua esmeralda sorprenden por su forma caprichosa y entorno natural. Están situadas cerca del pueblo de Hervás, al que se accede por un sendero señalizado desde el área recreativa de la Garganta de la Olla. Sus aguas cristalinas, rodeadas de vegetación y con una temperatura ideal son la excusa perfecta para visitar Hervás, un pueblo con un encanto y judería declarada Conjunto Histórico-Artístico. 

2.    El Gorg blau de Sant Aniol (Girona)

El Gorg blau de Sant Aniol es un tesoro escondido en la comarca de La Garrotxa, famosa por sus volcanes. Es una poza de aguas turquesas originada por una cascada que cae desde lo alto de las rocas. Está situada en el corazón del Parque Natural de la Zona Volcánica, una comarca llena de encanto y magia. Para llegar hasta el Gorg blau, hay que caminar a lo largo de una ruta a pie desde el pueblo de Sadernes, siguiendo el río Llierca por un paisaje de ensueño. El camino invita al baño en otras pozas, a admirar la ermita románica de Sant Aniol d’Aguja y a contemplar el Salt del Brull, otra impresionante cascada. El Gorg blau de Sant Aniol es un lugar único donde conectar con la naturaleza y sentir la fuerza de los volcanes.

3.    El Charco Azul (Valencia)

El río Turia ha creado impresionantes cañones y barrancos en su tránsito por el Parque Natural de Los Calderones, en la provincia de Valencia. Uno de los lugares más espectaculares es el Charco Azul, una presa construida por los árabes para regar las huertas, que hoy se ha convertido en una zona de baño popular. El agua posee un color azulado por el fondo de piedra caliza. Sorprende un hermoso embarcadero desde el que poder saltar. Se puede llegar al Charco Azul desde el pueblo de Chulilla, siguiendo el sendero SL-CV72. La zona ofrece otras actividades como el barranquismo, la escalada o la ruta de los puentes colgantes, que atraviesa el cañón del Turia por dos pasarelas suspendidas a más de 15 metros de altura.

4.    La Praia da Barbeira (Baiona)

La Praia da Barbeira se esconde en Baiona, localidad costera de Pontevedra. en Galicia,. De arena fina y dorada, se extiende a los pies de la Fortaleza de Monterreal, una impresionante fortaleza amurallada que alberga el Parador de Turismo y el Monterreal Club de Yates. La playa está resguardada por la bahía, que regala aguas cristalinas y tranquilas. Además, cuenta con bandera azul y todos los servicios necesarios para pasar un día inolvidable en familia. Es posible practicar deportes acuáticos, pasear por el baluarte del Cantiño o disfrutar de la espectacular naturaleza de los alrededores. La Praia da Barbeira es una de las joyas de la costa gallega que no te puedes perder.

5.    El Lago de Sanabria (Zamora)

Una maravilla de la naturaleza creada hace miles de años por un poderoso glaciar donde es posible bañarse en el lago natural más grande de España y de la península ibérica, navegar en un catamarán impulsado por el viento y el brillo del sol y explorar el fondo del lago con unas gafas de buceo. El lago es un tesoro escondido en las montañas zamoranas, a casi 1.000 metros de altitud. Tiene una superficie de casi 4 km² y una profundidad de más de 50 metros. Además, está rodeado por un parque natural que alberga otros lagos y lagunas, bosques frondosos y una rica biodiversidad. Un lugar mágico donde disfrutar de la naturaleza y la aventura.

6.    El Caletón (Tenerife)

La isla de Tenerife esconde múltiples opciones para disfrutar de un chapuzón singular. El Caletón, un conjunto de piscinas naturales situadas en el municipio de Garachico, se formó a través de lava solidificada del volcán de Trevejo, que entró en erupción en 1706 y cambió la fisonomía del lugar. Hoy supone un reclamo turístico por su belleza y contraste con el océano Atlántico. Cuenta con diferentes espacios para bañarse según el nivel del mar y las mareas. Desde allí se puede contemplar el emblemático Roque de Garachico, una roca volcánica que emerge del mar frente al pueblo.