Paradores de Turismo propone a sus clientes una nueva y atractiva experiencia culinaria: disfrutar en una selección de sus restaurantes del codiciado manjar que supone la auténtica carne de buey y la ternera pastuenca de la montaña leonesa.
Dentro de la apuesta por apoyar a los productores de las razas 100% autóctonas, Paradores ha sacado a licitación este año el suministro de carne de Bovina Parda de Montaña, raza que obtuvo el certificado de 100% autóctona en 2012 y cuya producción se centra en las montañas de León, en un entorno natural , donde estos animales se alimentan de pastos.
El contrato ha sido adjudicado a la empresa Valles del Esla que proporcionará durante un año, prorrogable por otro más, carne de buey, ternera pastuenca y mamón de esta prestigiosa raza vacuna a una docena de establecimientos de la red ubicados en las comunidades autónomas de Castilla y León, Cantabria y Madrid. En concreto, esta irresistible oferta cárnica se podrá degustar en los Paradores de las tres localidades cántabras (Fuente Dé, Limpias y Santillana del Mar), en ocho castellanoleoneses (Benavente, Cervera de Pisuerga, La Granja, León, Segovia, Soria, Tordesillas y Villafranca del Bierzo) y en el restaurante la Hostería del Estudiante del madrileño Parador de Alcalá de Henares.
Cortes selectos de buey como el preciado chuletón o el solomillo, el churrasco, la carrillera, así como otros productos como hamburguesas y la única cecina de buey de España producida bajo el pliego de condiciones de la IGP Cecina de León y amparada por el sello “Tierra de Sabor”; la chuleta, las costillas, el lomo, las mollejas, la carne de guisar, los callos, patas y morro de ternera, así como las chuletas, el solomillo y la pierna de mamón, serán la base de un amplio abanico de elaboraciones culinarias con el máximo respeto al producto y el toque diferenciador de cada Parador.
Los bueyes de Valles del Esla son vacunos machos castrados mayores de 48 meses, de raza Parda de Montaña. La firma, que cuenta con una cabaña de más de 2.200 ejemplares, produce y controla sus animales en un entorno natural. Más de 100 ganaderos asociados a su proyecto conforman su base de producción ganadera bajo un modelo extensivo único. Su crianza comienza con un periodo de lactancia natural que dura de 5 a 7 meses, después se alimenta en los pastizales de las montañas de León ejercitándose a más de 1.000 m de altura en manejo extensivo hasta los 42 – 44 meses. Finalmente, los bueyes permanecen en corrales durante un periodo de unos 6 meses con una dieta rica en cereales y leguminosas para conseguir el engrasamiento e infiltración adecuados. Una carne que destaca por su intensidad de sabor y textura única.
En cuanto a las terneras, se trata de animales de pastoreo con una alimentación natural basada en los mejores pastos de la montaña leonesa. Separadas de la madre después de la lactancia, permanecen en el campo, en régimen de pastoreo, hasta el momento del sacrificio con una edad menor a 12 meses. Producen una carne de color rojo brillante, sabor intenso y una destacable terneza.
Los mamones, también conocidos como ternera blanca, permanecen con su madre en el campo, viviendo en libertad y alimentándose de leche materna hasta su sacrificio con menos de ocho meses. De color más clara y pálida, su carne es muy tierna y joven, con bajo contenido en grasa.
